El aprendizaje significativo implica la puesta en práctica de conocimientos, actitudes y competencias en situaciones funcionales de la vida diaria. Esto, fundamentalmente, lo definió María Montessori en sus lecciones y propuestas de vida práctica y gracia y cortesía y hoy, más que nunca, es necesario traerlas de vuelta al aula.
Por eso y porque el otoño es mucho más que hojas y frutos secos, hemos disfrutado muchísimo elaborando nuestros propios ambientadores para el aula, el baño y también para regalar a otras profes.
Desde interpretar la receta, preparar los ingredientes, manipular alimentos y utensilios de cocina con las normas de higiene y seguridad necesarias hasta descubrir los olores, sabores y texturas de esta estación y vivir la experiencia de regalar con el corazón un trocito de nuestro trabajo de forma altruista, esta tarea ha sido maravillosa (¡además de deliciosa!).
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