Maestra por el clima

Maestra por el clima - Teachers for future

Desde que comencé mi andadura como maestra de Educación Infantil supe que nuestra labor va mucho más allá de la enseñanza, a pesar de que existan muchas discrepancias con el tema. Por esta razón, entre otras muchas, decidí unirme a Teachers for future y ser una maestra por el clima.


¿Acaso no educamos en Educación Infantil? (valga la redundancia). Desde mi punto de vista, sí, claramente sí. Evidentemente, esta educación ha de ser neutra, objetiva y teniendo como principios el respeto a los objetivos que establece la normativa vigente. ero creo que nadie podría negarme que no solo enseñamos a reciclar, sino que también educamos en el reciclaje (tratamos de crear una conciencia responsable para-con el planeta). Y este, uno entre millones de ejemplos.


Por ello, además de por mis convicciones, cuando descubrí hace 4 años la iniciativa Teachers for Future (Profes por el clima, en España), no dudé en sumarme y ser una Maestra por el clima. Y, ¿de qué se trata? Esta plataforma une a millones de docentes de España y de todas partes del mundo que desean no solo educar en el cambio climático, sino también tomar acciones directas en el aula que repercuten de forma directa y positiva en nuestro planeta.


Cierto es que cuando estaba de maestra de Infantil en un centro rural, el número de iniciativas que llevaba (llevábamos) a cabo era mucho mayor pero, de nuevo, creo que es innegable que en las zonas rurales existe una mayor conexión con el campo y la naturaleza, por lo que estas iniciativas no solo les son más cercanas, sino también más asumibles. 


Aún así, mi objetivo cada curso escolar es mantener aquellos hábitos que ya forman parte de mi (nuestra) rutina y, en la medida de lo posible, implementar algunos nuevos. Por ejemplo, las estaciones de reciclaje son, por supuesto, indispensables. Como mínimo, en nuestra aula de Infantil disponemos de: cubo de plásticos, cubo de restos, cubo de papel, cubo de tapones (que donamos a alguna asociación que los recoja para ayudar a causas sociales). 


Además, nuestra aula Infantil participa en el plan de Recreos Residuos Cero de Teachers For Future que, además de promover la alimentación saludable, pretende eliminar los plásticos de un solo uso de todos los snacks del alumnado (y profesorado). Para ello, por tratarse de una etapa en la que el juego es fundamental, creé un recurso educativo que promueve la eliminación de residuos plásticos en el día a día a través de la gamificación: a mayor reducción de plásticos diarios, mayor número de animales marinos salvamos 🙂


Por otro lado, llevamos a cabo proyectos sobre juguetes reciclados, sobre la importancia del cuidado del planeta y de los animales, sobre el respeto a las plantas y buscamos, entre todos, formas cotidianas para no perjudicar al planeta. Como maestra por el clima, nuestra aula de Educación Infantil es un lugar para el aprovechamiento de los recursos al máximo donde preferimos los materiales naturales como la madera, donde ahorramos papel y buscamos el uso de material escolar menos contaminante (¿sabes que la purpurina es uno de los mayores contaminantes de océanos? puedes hacer una más ecológica usando sal).


Lo importante, desde mi punto de vista, es buscar siempre nuevas formas que, aunque supongan una modificación en nuestros hábitos de vida, se puedan implementar como rutina habitual y tengan una consecuencia positiva directa sobre el planeta. 


Según todo esto, ¿he de imponerme objetivos imposibles que sé que serán inalcanzables a largo plazo? mi respuesta es que no. Al final, frenar el cambio climático es cosa de todos y todas y, por supuesto, tenemos que tomar parte y ser responsables, pero cada uno en la medida de lo posible. No se trata de introducir medidas drásticas que no puedas cumplir, sino de implementar, poco a poco, objetivos alcanzables que puedas encajar en tu forma de vida (y la de tu aula)


En mi caso, por ejemplo, además de los pequeños cambios que intento introducir en mi aula de Infantil a través de hábitos, cambios en el uso de materiales, proyectos o recursos concretos; introduzco cambios en mi modo de vida personal que, con el tiempo, se han convertido en hábitos de una maestra por el clima. Cosas tan simples como comprar en mercados de barrio productos frescos de cercanía, eliminar todas las bolsas de plástico con el uso de bolsas de tela, reducir al máximo el consumo de procesados (que suelen venir envasados), utilizar detergentes y productos de limpieza más naturales (¿sabes que el vinagre blanco es un excelente limpiador?), utilizar cosméticos naturales sin tóxicos contaminantes (ni para mí ni para el océano) o deshacerme de los champús y geles de ducha en formato líquido (me ha costado, ¡pero me he pasado al formato sólido en pastillas de jabón, lo cual no genera ningún plástico ni residuo tóxico!) son algunos de mis cambios. ¿Los he conseguido en un mes? No, por supuesto que no, son ya varios años en los que esta maestra de Infantil ha ido concienciándose para introducir en su vida hábitos más amables con nuestro hogar, la Tierra.


Y, así, con estos planteamientos, me planteo un nuevo año (ya sabéis que los años de los maestros y maestras comienzan y terminan con la duración exacta de un curso escolar) en el que pretendo implementar nuevos objetivos pero, sobre todo, seguir asentando los que ya he incorporado.


Y tú, ¿qué piensas? ¿Te unes a nuestro movimiento para ser una maestra por el clima?


Si eres docente de cualquier etapa y quieres saber más, no dudes en contactar conmigo o con ellos, directamente.

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